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HISTORIA DE CUBA
Cementerio de Colón: 10 datos curiosos más allá de sus tumbas
La pálida muerte entra por igual en las cabañas que en los palacios de los reyes.
En la actualidad, en La Habana existen 21 cementerios y el primero de estos, que constituye el primer camposanto público de Cuba y América hispana es el Cementerio de Espada, construido en 1804, en las inmediaciones de la caleta de San Lázaro, ante la necesidad de evitar los enterramientos en las iglesias. Sus nichos emparedados y lápidas constituyen las primeras obras de carácter funerario producidas en la capital del país.
Como mismo los terrenos aledaños a las iglesias eran insuficientes para las inhumaciones —además de antihigiénicos por la propagación de epidemias—, el Cementerio de Espada comenzó a tener limitaciones. Debido a lo anterior, para el año 1854, se concibió la idea de un nuevo recinto funerario de mayores proporciones.
El nuevo proyecto se nombraría en honor al Almirante Cristóbal Colón, y para el futuro emplazamiento se trasladarían los restos del conquistador.
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El proyecto de cementerio fue lanzado a concurso público y el ganador fue el que tenía como lema, en latín, “La pálida muerte entra por igual en las cabañas que en los palacios de los reyes”, del arquitecto Calixto de Loira.
El 30 de octubre de 1871 se colocó la primera piedra, acto que dejó inaugurada su construcción y luego de 15 años, en 1886, se concluyó.
Sus 56 hectáreas se dividen en cuatro grandes regiones que reciben los nombres de los puntos cardinales: Cuartel Noreste, Noroeste, Sureste y Suroeste.
Todo el trazado está delimitado por dos grandes avenidas: una de norte a sur, y otra de este a oeste; ambas se entrecortan formando una gran cruz y en este punto se levanta la Capilla Central (única de su tipo en Cuba, con construcción octogonal).
En el siglo XIX existía un reglamento o Ley de Zona Cementerial que prohibía la construcción de viviendas u otras instalaciones habitables alrededor de mil metros a partir de las puertas y muros perimetrales del camposanto, pero en el siglo XX, debido a la expansión de la ciudad, esto se obvió.
Hasta la década del 40 del pasado siglo existió un muro que dividía las zonas de enterramientos de personas con epidemias y otro para los no católicos.
Por los valores que atesora en cuanto a arquitectura, escultura y artes decorativas fue declarado, en 1987, Monumento Nacional.
Aún existen los libros de Protocolo e Inhumaciones donde se archivan los trámites de registro de propiedades de parcelas y todos los datos de las personas fallecidas, desde 1874.
Además de la portada principal, con sus relieves Resurrección de Lázaro y Crucifixión de Jesucristo, el muro perimetral de tres metros de altura, con la cruz de la redención en bajo relieve, también es un elemento identificativo del lugar.
La Galería de Tobías es reconocida como el sepulcro más antiguo de este cementerio. Fue el primero que se construyó ante la escasez de espacio en el de Espada. Acoge más de 500 nichos, es subterránea y su construcción es de mampostería y ladrillo.
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