Hace un tiempo fui a buscar unas donaciones cerca del monasterio en Hialeah, y me dijeron que cuando salí del local, alguien quedó impactado por mi presencia, éso fue el recordarle que hay una iglesia católica, que anda necesitando regresar a Cristo. En el diario vivir también usamos la camisa negra y pantalón negro, y como cualquier otra persona desde guayabera blanca y pantalón negro (sobretodo el cubano, latino). Y es que aquí en la Florida a penas verás religiosos, pero puede que veas a nosotros manejando o realizando nuestra misión en las calles ayudando a los hermanos más necesitados entregándoles botellas de agua, sándwiches, pasteles, ropa, aseo personal para ayudar a los hermanos más necesitados que viven en las calles de Miami. Orden de San Benito 🆘Cuba
El color negro recuerda a todos que el que lo lleva ha muerto al mundo. Todas las vanidades del siglo han muerto para ése ser humano que ya sólo ha de vivir de Dios. El color blanco del alzacuellos simboliza la pureza del alma.
Extraído de Catholic
Cierto día, un amigo fraile y yo (él agustino, yo franciscano) caminábamos en hábito religioso por cierta ciudad española. De pronto, un auto se paró ante nosotros y por la ventana un hombre nos dijo “gracias”, nos sonrió radiante y siguió su camino. Le pregunté a mi amigo, ¿gracias de qué? Y él me dijo: “habrá necesitado algo que le diera fuerzas para seguir creyendo y lo encontró en dos frailes caminando por las calles…”. En ése momento me sentí un signo, un estandarte que gritaba sin decir palabras “Dios existe y nos ama”, en medio de una sociedad en la que Dios se va diluyendo. Seguí caminando feliz con mi amigo.
De hecho, caminar con hábito por las calles me ha dado muchísimas oportunidades para hablar de Dios; varios jóvenes se me han acercado para preguntarme por qué visto así - algunos con mirada burlona - y me han dado la posibilidad de hablarles de Jesús. Alguien alguna vez me dijo, con lágrimas en los ojos: “Padre, ore por mí, estoy pasando un momento difícil y Dios me lo mandó a usted para que me ayude a orar”. Incluso en un tren se me acercó una mujer un día y me dijo: “disculpe, usted es cura, tengo muchas preguntas que hacerle a Dios”. Yo me reí, la dejé que se sentara a mi lado y conversamos un rato. Al finalizar la conversación me dijo: “hace 30 años no voy a la Iglesia, le prometo que mañana oiré misa”. Si siguiera contando historias haría éste post muy, muy largo. Creo que éstas bastan para exponer mi idea; nada de ésto hubiera pasado si yo caminara siempre con jeanes y zapatillas deportivas por la calle.
Yo sé que el hábito no hace al monje, y que la esencia de la vida religiosa no depende de la ropa. Sin embargo, para miles de personas, un sacerdote en su sotana, un religioso o religiosa con su hábito, un laico con su cruz al cuello, es la única voz que le hablará de Dios en una sociedad cada vez más secularizada. Una sociedad en la que hablar de Dios se volvió algo políticamente incorrecto. Hace algunos años a mí me enseñaron que el hábito religioso alejaba a la gente de nosotros, que nos constituía en “una clase especial” por encima de las personas, y que había que quitarlo porque era signo de poder. Quizás hubo un tiempo en que éso fue verdad, no lo sé; pero el mundo que me ha tocado conocer no funciona así. Es un mundo que tiene necesidad de lo simbólico, de lo visible; pero sobre todo, un mundo que tiene necesidad de sentir que Dios todavía es una realidad presente en sus vidas…
No estoy queriendo decir de ninguna manera que la sola presencia de un religioso por las calles baste! Obviamente se necesita nuestra coherencia de vida, se necesita nuestra cercanía a la vida del pueblo… pero estoy convencido de que muchas veces el simple hecho de que un sacerdote o un religioso sonría por la calle puede marcar una inmensa diferencia en la vida de la fe.
Ésto no es sólo algo que pueden hacer los consagrados. Cada cristiano puede llevar sobre sí un signo de la fe, una cruz, el escapulario… algo que le muestre al mundo con orgullo que pertenece a Cristo, con el mismo orgullo con el que llevamos la camiseta del equipo de fútbol el día que hay partido. Personalmente, siento que éste sea un reto que surge al escuchar el #Evangeliodehoy, en el que Jesús me invita a no avergonzarme de él…
Fray Duván Ofm -facebook
Reflexión |
Comments
Post a Comment