¿Por Qué Cristo no se Casó?
Lo que enseña la Iglesia
Andrés era un joven cristiano Metodista que se sentía intrigado por la manera de vivir de los sacerdotes católicos. Él pensaba: "Los ministros Metodistas tienen esposas, lo mismo que los Bautistas, los Presbiterianos y todos los demás pastores protestantes. ¿Por qué los pastores católicos son diferentes? Tiene que haber una razón".
Andrés encontró la respuesta en la clase dominical de su Iglesia Metodista. El joven preguntó a la maestra: "¿Por qué Jesucristo nunca se casó?", y la Maestra le dió la respuesta que cualquier cristiano sabe: "Jesucristo no se casó porque Él quería dedicar todo su tiempo y energía al servicio de Dios, con corazón indiviso. Si Jesús hubiera tenido esposa e hijos, ¿cómo podría haber dedicado todo su tiempo a Dios y al servicio de los demás?".
Andrés era inteligente y sacó la conclusión obvia: "Los sacerdotes católicos son como Cristo, ésta debe ser la razón por la que no se casan". Gracias a la sincera respuesta de su maestra Metodista, pocos años después Andrés se convirtió a la Iglesia Católica y actualmente está estudiando en el seminario de los Legionarios de Cristo para ser sacerdote. Pablo VI, en Sacerdotalis Celibatus, nos da tres razones
Razón Cristológica: El sacerdote es célibe porque Cristo, sumo pontífice y sacerdote eterno según el orden de Melquisedec, fue célibe y el sacerdote ministerial es participación del Sacerdocio de Cristo. El sacerdote escoge a Cristo como el supremo amor de su vida y como hijos a las almas que Dios le confía.
Razón Exlesiológica: Cristo es el esposo de la Iglesia. El sacerdote, por medio de la virginidad, se configura con Cristo en el amor por su esposa la Iglesia para hacer de ella una esposa gloriosa, santa e inmaculada (Efesios 5,25). Juan es el modelo del apóstol virgen.
Razón Escatológica: Cristo vino a instaurar en éste mundo un tipo nuevo de vida. La Iglesia es gérmen de ése nuevo tipo de vida. La castidad por el "Reino de los Cielos" (Mateo 19,12) es un anuncio de ése nuevo tipo de vida, donde no se toma ni mujer ni marido, sino que se vive como los ángeles del cielo (Mateo 22,30). El apóstol Pablo es modelo de ése nuevo tipo de vida. (1 Corintios 11,1).
SACERDOTES CASADOS
El sacerdocio levita era hereditario, se transmitía por generación, eran casados. El sacerdote Zacarías, padre de Juan el Bautista, era casado.
Nadie ignora que varios apóstoles eran casados. La Biblia nos habla de la suegra de Pedro (Mateo 8, 7). Pablo señala que varios apóstoles eran ayudados por sus esposas (1 Corintios 9, 5).
En las primeras generaciones los obispos eran casados, porque así estaban antes de convertirse, lo único que exige San Pablo es que vivan moralmente, que tengan una sola mujer (1 Timoteo 3, 3).
Los que estaban casados antes de conocer a Cristo siguieron así, pero los que no estaban casados y querían consagrarse totalmente al servicio de Dios no se casaban. Con Cristo se inaugura un nuevo estilo de vida, el de los hombres y mujeres célibes. ¿De dónde sacaron los primeros cristianos ésta idea?
1. El ejemplo de Cristo.
El sacerdocio de Cristo es diferente del sacerdocio levita. Cristo no se casó para consagrarse en cuerpo y alma a servir a Dios y sus hermanos.
2. La invitación de Cristo.
Al que quiera vivir en intimidad con Cristo, Él le exige la renuncia a otros amores: "Quien no odia (manera hebrea de recalcar la renuncia total) a su padre a su madre, a su mujer y a sus hijos no es digno de mí". (Lee: Lucas 14, 25).
Extraído de Catholic
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