Skip to main content

CONOCEMOS AL PASTOR, SOMOS MENSAJEROS DE SU MISERICORDIA PARA CON LOS ALEJADOS



Monseñor Bartolomé Buigues Oller, TC : Conocemos al pastor, somos mensajeros de su misericordia para con los alejados


SALMO 23

«Al final de una cena en un castillo inglés, un famoso actor de teatro entretenía a los huéspedes declamando textos de Shakespeare.

Después se ofreció a que le pidieran alguna pieza extra. Un tímido fraile preguntó al actor si conocía el salmo 23.

El actor respondió: ‘Sí, lo conozco, pero estoy dispuesto a recitarlo con una condición; que después lo recite usted’.

El fraile se sintió un poco incómodo, pero accedió.

El actor hizo una bellísima interpretación, con una dicción perfecta: ‘El Señor es mi Pastor, nada me falta…’ Al final, los huéspedes aplaudieron vivamente.

Llegó el turno al fraile, que se levantó y, tras un momento de silencio y cerrando los ojos, recitó lentamente las mismas palabras del Salmo. Ésta vez, cuando terminó, no hubo aplausos, sólo un profundo silencio y el inicio de lágrimas en algún rostro.

El actor se mantuvo en silencio unos instantes, después se levantó y dijo: ‘Señoras y señores, espero que se hayan dado cuenta de lo que ha sucedido ésta noche: yo conocía el Salmo, pero éste hombre conoce al Pastor”.



Y nosotros… conocemos el Salmo o al Pastor? A mí el cuentecillo me ha hecho pensar en la cantidad de veces que, en las celebraciones en las que participo, me conformo con conocer el Salmo, la Canción, la respuesta…. y me olvido de tomar un momento de silencio, cerrar los ojos y buscar al Pastor.

Lo dicho un abrazo de los que se dan con los ojos cerrados y en silencio.

Fer

Extraído de Odres Nuevos



 

Comments

Popular posts from this blog

SOLEMNE CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE COROMOTO PROCESIÓN Y ÁGAPE FRATERNO 🇻🇪

Solemne celebración eucarística a la Santísima Virgen de Coromoto, procesión y ágape fraterno. La Gloria para Nuestro Dios 🇻🇪 Gracias Stma. Virgen de Coromoto por permitir ésta solemne eucaristía. Que sea para todos nosotros motivo siempre de unidad y gozo en el abrazo de tu hijo amado Ntro. Sr. Jesucristo.  Viva la Virgen de Coromoto !  “¡Tú eres el orgullo de nuestro pueblo! En los numerosos Santuario Marianos que se levantan en tantos lugares de la tierra, repetimos estas palabras del libro de Judit, para expresar nuestra alegría, porque la Madre de Dios ha establecido su morada en medio de su pueblo. Hoy pronuncian estas palabras los habitantes de Venezuela, que precisamente aquí en Coromoto, se unen para venerarla como Patrona de Venezuela». También invitó a los venezolanos a «trabajar por la justicia y la paz para edificar una sociedad más justa y solidaria «.  San Juan Pablo II  ordendesanbenito.org/donations En el rito de conclusión el Santo Padre realizó la siguiente oración

NO OS CANSÉIS DE HACER EL BIEN

Manteneos firmes e inconmovibles en la fe, haciendo siempre progresos en la obra del Señor; sed conscientes de que vuestro trabajo no es vano a los ojos del Señor. No os canséis de hacer el bien. 1Co 15,58; 2Ts 3,13. ordendesanbenito.org/donations

LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA

De los sermones de san Cesáreo de Arlés, obispo (Sermón 25,1: CCL 103,111-112) LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dulce es el nombre de misericordia; hermanos muy amados; y, si el nombre es tan dulce, ¿cuánto más no lo será la cosa misma? Todos los hombres la desean, más, por desgracia, no todos obran de manera que se hagan dignos de ella; todos desean alcanzar misericordia, pero son pocos los que quieren practicarla. Oh hombre, ¿con qué cara te atreves a pedir, si tú te resistes a dar? Quien desee alcanzar misericordia en el cielo debe él practicarla en éste mundo. Y, por esto, hermanos muy amados, ya que todos deseamos la misericordia, actuemos de manera que ella llegue a ser nuestro abogado en este mundo, para que nos libre después en el futuro. Hay en el cielo una misericordia, a la cual se llega a través de la misericordia terrena. Dice, en efecto, la Escritura: Señor, tu misericordia llega al cielo.