La devoción a san José: Surgió a partir de los primeros cristianos.
El Papa Francisco hizo una carta bajo el título "Corazón de Padre" concedido a San José
«¡Qué grandeza adquiere la figura silenciosa y oculta de san José –decía san Juan XXIII– por el espíritu con que cumplió la misión que le fue confiada por Dios. Pues la verdadera dignidad del hombre no se mide por el oropel de los resultados llamativos, sino por las disposiciones interiores de orden y de buena voluntad»
Orden de San Benito
El primer domingo de San José: El papel que le reservó Dios en su vida
Enero 29, 2017
Los siete domingos de San José, antigua tradición de la Iglesia.
Una antigua tradición de la Iglesia, atribuida a los padres franciscanos y a los franciscanos capuchinos, honra la memoria y devoción a san José mediante la costumbre de vivir la devoción al santo Patriarca los siete domingos anteriores a su fiesta (19 de marzo).
San José es el patrono de la Iglesia Universal y el mayor de los santos que están en el cielo, después de su esposa, la Virgen María.
Fue san José el que más cerca estuvo y con más intimidad trató a Jesús, el Hijo de Dios, y a su esposa María.
Por éso es tan poderoso en su intercesión. También se aconseja esta devoción en octubre, por ser el mes dedicado al Rosario y a la Virgen.
Devoción a lo largo de los siglos
La devoción a san José viene ya de los primeros cristianos.
Sin embargo, en tiempos más recientes la figura de san José se ha realzado más. Desde el papa León XIII (encíclica Quamquam pluries, 1899), al papa san Juan Pablo II que publicó la exhortación apostólica Redemptoris custos (El custodio del Redentor) para conmemorar los 100 años de la encíclica de León XIII.
Y el actual Papa, Francisco, tiene en su habitación una imágen de san José dormido y que le inspira mucha devoción.
“Cuando tengo un problema, una dificultad, lo pongo debajo de san José para que lo arregle”, dijo el papa Francisco.
Popularizó mucho san José la Orden Carmelita. Y también el sacerdote franciscano san Bernardino de Siena, que vivió en el siglo XV (murió en 1444) quien en sus “Sermones” ensalza una y otra vez la vida de san José.
San José no solo es patrono de la Iglesia (proclamado así por el papa beato Pío IX), sino intercesor y patrono en casi todo. De modo particular de las familias, de todos los trabajadores y especialmente de los artesanos, patrono de los moribundos y “terror de los demonios”, guardián de las vírgenes, “espejo de la paciencia”, varón “fidelísimo” y tantos otros que la devoción popular a lo largo de los siglos se ha condensado en las llamadas “Letanías de san José”.
Extraído de Aleteia
Oración Antigua a San José
Oh san José, cuya protección es tan grande, tan fuerte y tan inmediata ante el trono de Dios, a ti confío todas mis intenciones y deseos.
Ayúdame, san José, con tu poderosa intercesión, a obtener todas las bendiciones espirituales por intercesión de tu Hijo adoptivo, Jesucristo Nuestro Señor, de modo que, al confiarme, aquí en la tierra, a tu poder celestial, Te tribute mi agradecimiento y homenaje.
Oh san José, yo nunca me canso de contemplarte con Jesús adormecido en tus brazos. No me atrevo a acercarme cuando Él descansa junto a tu corazón. Abrázale en mi nombre, besa por mí su delicado rostro y pídele que me devuelva ese beso cuando yo exhale mi último suspiro.
¡San José, patrono de las almas que parten, ruega por mi! Amén.
Comments
Post a Comment