Demonio del aborto revela su nombre en un exorcismo luego de invocar a la Virgen de Guadalupe
¿Un demonio del aborto? En un artículo escrito en Diario de un Exorcista, Monseñor Stephen Rossetti describe cómo la Virgen de Guadalupe hizo que un demonio revelara su nombre y cometido: atormentar a una mujer que había abortado.
¿Un demonio del aborto? En un artículo escrito en Diario de un Exorcista, Monseñor Stephen Rossetti describe cómo la Virgen de Guadalupe hizo que un demonio revelara su nombre y cometido: atormentar a una mujer que había abortado.
“Lucy” está poseída y torturada todas las noches por los demonios.
Se burlan de ella, marcan su cuerpo con rasguños y quemaduras, afirman que son sus dueños y, a menudo, le retuercen la pierna mala, lo cual es insoportable para ella. Los demonios son despiadados e implacables.
Después de una serie de intensas sesiones de exorcismo, los demonios se estaban debilitando. Me pareció que podrían ser lo suficientemente débiles como para verse obligados, por el poder de Jesús, a revelar sus nombres.
Tener sus nombres demoníacos les da un poder adicional para expulsarlos y sugiere que se acerca el momento de su salida.
Así que exigí una y otra vez: “ Dicas mihi nomen tuum ” (“Dime tu nombre”).
Ésta línea es una cita directa del tradicional Rito del Exorcismo. El demonio resistió poderosamente. Finalmente, con gran desgana, renunció a su nombre, “Abyzou”. Lo busqué.
Varias fuentes coinciden: Abyzou (también deletreado Abizou, Obizu, Obizuth, Obyzouth, Byzou) es el nombre de un demonio “femenino” en el Cercano Oriente a quien se culpa de abortos espontáneos y mortalidad infantil. *
Tenía perfecto sentido. Lamentablemente, Lucy había tenido un aborto.
Ella se arrepintió sinceramente, se confesó y permaneció muy contrita. Si bien todos y cada uno de los pecados son perdonados en la Santa Cena, ésto no significa que los demonios asociados sean expulsados inmediatamente.
A menudo, es necesario un tiempo de purga. Dada la gravedad del pecado y la trágica muerte del niño resultante, iba a ser una lucha para expulsar a éste demonio.
Abyzou se burló de Lucy por haber tenido un aborto.
Los demonios no sólo te tientan a cometer un pecado, sino que si lo haces, se burlan de ti y te avergüenzan por hacerlo.
Le aseguramos a Lucy que su pecado fue verdaderamente perdonado y dijimos una oración por su bebé. (Lucy también puede necesitar asesoramiento postaborto y / o trabajar con grupos de curación postaborto).
En medio de la sesión, uno de los exorcistas se inspiró para sostener un ícono de Nuestra Señora de Guadalupe. El demonio entró en una gran convulsión. Entonces, repetidamente invocamos a Nuestra Señora bajo éste título y el demonio convulsionaba cada vez que se sostenía el ícono.
La efectividad de ésta santa imágen no es accidental.
El icono de Nuestra Señora de Guadalupe revela a María como una mujer embarazada y a menudo se la invoca bajo éste título para los niños por nacer. Además, bajo sus pies hay un símbolo de la luna y la oscuridad, una referencia al diablo.
Juan Diego, sobre cuya tilma apareció la imágen, se refirió a ella en su lengua materna como: “ Te Coatlazopeuh ” – “la que aplasta a la serpiente”.
Un aborto es un pecado grave. Pero Lucy y todos deberían saber que existe una fuente Divina de sanación y paz.
Tenemos un tremendo defensor en Nuestra Señora de Guadalupe que pisa a Abyzou y trae la sanidad de Dios. “
Nuestra Señora de Guadalupe, rosa mística, ruega por nosotros”.
* Los demonios no tienen cuerpo físico ni género por lo que técnicamente no es hombre o mujer.
Éste artículo apareció originalmente en el blog Diario de un exorcista del Saint Michael Center for Spiritual Renewal .
Nuestra Señora le dijo a San Juan Diego en su primera aparición que deseaba “vivamente que se me erija aquí un templo para en él mostrar y dar todo mi amor, compasión, auxilio y defensa, pues yo soy vuestra piadosa Madre; oiré allí sus lamentos, y remediaré todas sus miserias, penas y dolores“.
Oh Virgen Inmaculada,
Madre del verdadero Dios y Madre de la Iglesia!
Tú, que desde este lugar manifiestas tu clemencia
y tu compasión a todos los que solicitan tu amparo;
escucha la oración que con filial confianza te dirigimos
y preséntala ante tu Hijo Jesús, único Redentor nuestro.
Madre de misericordia,
Maestra del sacrificio escondido y silencioso,
a ti, que sales al encuentro de nosotros, los pecadores,
te consagramos en este día todo nuestro ser y todo nuestro amor.
Te consagramos también nuestra vida,
nuestros trabajos, nuestras alegrías,
nuestras enfermedades y nuestros dolores.
Da la paz, la justicia y la prosperidad a nuestros pueblos;
ya que todo lo que tenemos y somos
lo ponemos bajo tu cuidado, Señora y Madre nuestra.
Queremos ser totalmente tuyos
y recorrer contigo el camino
de una plena felicidad a Jesucristo en su Iglesia:
no nos sueltes de tu mano amorosa.
Virgen de Guadalupe, Madre de las Américas,
te pedimos por todos los Obispos,
para que conduzcan a los fieles
por senderos de intensa vida cristiana,
de amor y de humilde servicio a Dios y a las almas.
Contempla ésta inmensa mies,
e intercede para que el Señor
infunda hambre de santidad en todo el Pueblo de Dios,
y otorgue abundantes vocaciones
de sacerdotes y religiosos, fuertes en la fe,
y celosos dispensadores de los misterios de Dios.
Concede a nuestros hogares
la gracia de amar y de respetar la vida que comienza,
con el mismo amor con el que concebiste en tu seno
la vida del Hijo de Dios.
Virgen Santa María, Madre del Amor Hermoso,
protege a nuestras familias,
para que estén siempre muy unidas,
y bendice la educación de nuestros hijos.
Esperanza nuestra, míranos con compasión,
enséñanos a ir continuamente a Jesús y,
si caemos, ayúdanos a levantarnos, a volver e Él,
mediante la confesión de nuestras culpas y pecados
en el Sacramento de la Penitencia,
que trae sosiego al alma.
Te suplicamos que nos concedas
un amor muy grande a todos los santos Sacramentos,
que son como las huellas
que tu Hijo nos dejó en la tierra.
Así, Madre Santísima, con la paz de Dios en la conciencia,
con nuestros corazones libres de mal y de odios
podremos llevar a todos la verdadera alegría
y la verdadera paz, que vienen de tu Hijo,
nuestro Señor Jesucristo,
que con Dios Padre y con el Espíritu Santo
vive y reina por los siglos de los siglos, Amén.
Extraído de ChurchPop
Comments
Post a Comment