Los ojos se dislumbraban de admirar tan extraordinaria belleza la del diamante del capitolio. Fueron pocas las generaciones que tuvieron la dicha de apreciar el verdadero diamante amarillo de 24 kilates.
Santos del mes: El pasado mes de julio desde el 16 al 17 es la celebración de la Santa familia Romanov que descansan sus cuerpos en la Iglesia de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo
Orden de San Benito Hialeah
Sobre tus piedras, en vano se estrellarán los huracanes y caerán los siglos. Que tu solidez y tu grandeza sean símbolos de la estabilidad de la República, de la virtud de sus ciudadanos, de la firme voluntad de todo un pueblo de ser eternamente libre, grande, independiente y soberano.” -Secretario de obras públicas Carlos Miguel de Céspedes
<<El Diamante del Capitolio, una historia interesante>>
La historia conocida, más lejana sobre el diamante amarillo de 24 kilates, se remonta a la Francia del siglo XVIII. Se dice que éste pertenecía a la Reina María Antonieta, y es con ella que comienzan las historias que le confirieron el sobrenombre de “el diamante maldito".
Resulta que en plena Revolución Francesa, ella y su marido, el Rey Luis XVI vieron el fin de sus vidas, al ser guillotinados.
El diamante luego llegaría a Rusia, nada más y nada menos que a la corona del Zar Nicolas II, de la dinastía de los Romanov (el último Zar de Rusia).
Aquí también el diamante se convertiría en testigo de un fin dramático: el horrible final de Nicolás II y su familia, su esposa y sus cinco hijos masacrados por los bolcheviques, durante la Revolución de octubre.
Según versiones, el diamante no estaba entre las joyas saqueadas a la familia real, pero no se sabe cómo el diamante regresó a Francia, ésta vez a manos de una duquesa, miembro de la aristocracia. La mujer moriría misteriosa y prematuramente luego de adquirirlo. Su próximo dueño sería un Joyero turco,Isaac Estéfano, que adquiere el brillante de manos de un ruso.
Estéfano llegó a Cuba con el diamante, se encontraba en bancarrota y culpaba de su infortunio a la “piedra maligna”. Por obvios motivos quería deshacerse de ella. Después de algunos intentos fallidos de venderlo, Carlos Miguel de Céspedes, entonces Secretario de Obras públicas del Gobierno de Machado y durante la construcción del Capitolio, se interesó por la pieza y la compró por 12 mil pesos.
La joya entonces se utilizó para marcar el Kilómetro Cero de la Carretera Central, en el Salón de los Pasos Perdidos.
El día de la inauguración del Capitolio el 20 de mayo de 1929 ya el diamante estaba montado en un hermoso engarce de ágata y platino y se conocía como "El Diamante del Capitolio".
La joya pronto se convertiría en una atracción turística y paradójicamente comenzaron a atribuirle poderes mágicos, se suponía que podía curar a los enfermos e irradiar buena suerte.
Ya no era portador de desgracias, pero pronto le tocaría su temporada de misterios.
En 1946, el diamante desaparecía sin dejar rastro, el cristal protector, supuestamente irrompible había sido destruído.
Nada se sabe de cómo y quiénes robaron la joya.
Pasó más de un año del suceso y el 2 de junio de 1947 en el despacho del presidente Ramón Grau San Martin, apareció un sobre misterioso y dentro estaba el diamante robado.??????
Al comprobarse que se trataba del diamante del Capitolio fue devuelto a su lugar y ahí permaneció hasta el año 1973, cuando se retiró por "motivos de seguridad" y hasta donde se sabe fue guardado en las bóvedas del Banco Central de Cuba.
En su lugar fue colocada una réplica.
No hay mucha claridad
acerca del destino del Diamante. Nadie lo ha visto y no se ha permitido nunca a ningún periodista después de ésa fecha, tener una prueba gráfica de la verdadera situación del Diamante.... Extraído de Nostalgia Cuba facebook
"El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, todavía está en tinieblas." Orden de San Benito Hialeah
El 15 de marzo de 1917, el zar Nicolás II abdica en favor de su hijo. Ésta decisión desencadena el fin de la dinastía Romanov y del imperio ruso. La familia imperial es masacrada algunos meses más tarde en el bosque de Ekaterimburgo. Cien años más tarde, la figura del zar conoce una forma de restablecimiento, en particular en el seno de la Iglesia ortodoxa, que lo canonizó en 1981 junto a su familia. -Extraído de Aleteia
Capitolio de La Habana |
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Reina María Antonieta |
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