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SACERDOTE ASEGURA QUE EL VERDADERO PROBLEMA DE CUBA ES LA URGENCIA DE RECUPERAR LA LIBERTAD


6 de octubre de 2022 

Sacerdote asegura que el verdadero problema de Cuba es la urgencia de recuperar la libertad.


P. Alberto Reyes Pías, sacerdote de la Arquidiócesis cubana de Camagüey, aseguró que el verdadero problema que sufre la isla “no es la comida, ni la electricidad, ni la vida convertida en supervivencia, sino la urgencia de recuperar nuestra libertad”.


En un artículo titulado “He estado pensando VI”, sobre el drama de la opresión que se vive en la isla tras más de seis décadas de dictadura comunista, el P. Reyes Pías lamentó que “Cuba se parece a una mujer maltratada. Primero fue seducida, atraída con promesas hermosas, y convencida de que todo lo que se hacía era por ella y para ella”.


Ha cambio de ésas promesas, a cambio de ése supuesto amor, ella debía entregarse por entero, confiada y ciegamente, y luchar, renunciando a todo, para que pudiera hacerse realidad el sueño hermoso con el que la convencieron”, dijo.


Sin embargo, señaló, “todo era mentira. Ella nunca importó, ella fue simplemente un instrumento. Nunca fue amada, y nunca lo será por aquellos que todavía intentan seducirla”.

 

El P. Alberto Reyes Pías, sacerdote de la Arquidiócesis cubana de Camagüey, aseguró que el verdadero problema que sufre la isla “no es la comida, ni la electricidad, ni la vida convertida en supervivencia, sino la urgencia de recuperar nuestra libertad”.


"Sin embargo, señaló, “todo era mentira. 

Ella nunca importó, ella fue simplemente un instrumento. Nunca fue amada, y nunca lo será por aquellos que todavía intentan seducirla”.


El sacerdote cubano dijo luego que “como en cada proceso de maltrato, no todo fueron golpes. De tanto en tanto había caricias, pequeños regalos, situaciones suavizadas, para que en medio de las dudas crecientes ella tuviera motivos para agarrarse a una débil esperanza y pensara: ‘Ahora sí, esta vez sí, por fin será diferente’”.


“Pero nunca fue diferente, y nunca lo será”, advirtió.


El P. Reyes Pías advirtió que “este proceso, o Revolución, o como quiera llamarse, ya no tiene nada que ofrecer a este pueblo, y es hora sobrada de que lo entendamos”.


"La vida no va a ser mejor, las leyes no van a defender la justicia, las voces que reclaman libertad no serán escuchadas, y cuando, cansados, salgamos a las calles una y otra vez, seremos reprimidos, golpeados, encarcelados”.


“Y mientras todo escasea, todo se encarece y se persigue al que alza la voz, no cesarán los cantos de sirena, no cesará el recuerdo de las promesas y la enésima invitación al sacrificio, a la entrega absoluta, a la inmolación de la vida a la más elaborada de las mentiras”, dijo.


“Porque ellos sí esperan de nosotros la sumisión, pero nosotros ya no tenemos nada que esperar de ellos”, expresó.


A los cubanos, continuó el sacerdote, “sólo nos queda preguntarnos qué queremos ofrecernos a nosotros mismos, y luchar desde todos los frentes posibles para conseguirlo”.


“Sólo nos queda tener el coraje de decirle verdad a la verdad y mentira a la mentira, renunciando de una vez al teatro social de apoyar lo que no creemos”, indicó.


“Sólo nos queda desafiar una y otra vez al miedo que nos ha acompañado desde el inicio, tratando de

 convencernos de que el cambio no es posible”, añadió.



“A cambio de ésas promesas, a cambio de ese supuesto amor, ella debía entregarse por entero, confiada y ciegamente, y luchar, renunciando a todo, para que pudiera hacerse realidad el sueño hermoso con el que la convencieron”, dijo.


Sin embargo, señaló, “todo era mentira. Ella nunca importó, ella fue simplemente un instrumento. Nunca fue amada, y nunca lo será por aquellos que todavía intentan seducirla”.


El sacerdote cubano dijo luego que “como en cada proceso de maltrato, no todo fueron golpes. De tanto en tanto había caricias, pequeños regalos, situaciones suavizadas, para que en medio de las dudas crecientes ella tuviera motivos para agarrarse a una débil esperanza y pensara: ‘Ahora sí, ésta vez sí, por fin será diferente’”.


“Pero nunca fue diferente, y nunca lo será”, advirtió.


El P. Reyes Pías advirtió que “este proceso, o Revolución, o como quiera llamarse, ya no tiene nada que ofrecer a este pueblo, y es hora sobrada de que lo entendamos”.


“La vida no va a ser mejor, las leyes no van a defender la justicia, las voces que reclaman libertad no serán escuchadas, y cuando, cansados, salgamos a las calles una y otra vez, seremos reprimidos, golpeados, encarcelados”.


“Y mientras todo escasea, todo se encarece y se persigue al que alza la voz, no cesarán los cantos de sirena, no cesará el recuerdo de las promesas y la enésima invitación al sacrificio, a la entrega absoluta, a la inmolación de la vida a la más elaborada de las mentiras”, dijo.


“Porque ellos sí esperan de nosotros la sumisión, pero nosotros ya no tenemos nada que esperar de ellos”, expresó.


A los cubanos, continuó el sacerdote, “sólo nos queda preguntarnos qué queremos ofrecernos a nosotros mismos, y luchar desde todos los frentes posibles para conseguirlo”.


“Sólo nos queda tener el coraje de decirle verdad a la verdad y mentira a la mentira, renunciando de una vez al teatro social de apoyar lo que no creemos”, indicó.


“Sólo nos queda desafiar una y otra vez al miedo que nos ha acompañado desde el inicio, tratando de convencernos de que el cambio no es posible”, añadió.


El P. Reyes Pías finalizó indicando que “sólo nos queda rezar, para que Dios bendiga a esta tierra con la libertad de sus hijos, de todos sus hijos, también de aquellos que hoy mantienen a esta tierra convertida en cárcel, porque se han cerrado a un Dios que es Padre y se han hecho incapaces de reconocer en el otro a su propio hermano”.


Etiquetas: Cuba, Iglesia en Cuba, Comunismo, dictadura, Revolución Cubana

Extraído de Aciprensa


ordendesanbenito.org/donations




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