“¿Puede un católico creer en el karma?”, la respuesta a esta pregunta es no.
El sacerdote Eduardo Michel Flores dio espacio a este tema en su columna en el Semanario de la Arquidiócesis de Guadalajara en la que explica cada semana temas de interés a los lectores.
El karma, explicó, es la creencia de que todo lo que se hace se le regresa a uno, tarde o temprano, lo bueno y lo malo. Esta creencia es central en la doctrina de ciertas religiones orientales como el hinduismo y el budismo.
Por ejemplo, si alguien se ha portado mal y luego atraviesa por un problema, se podría decir que ‘fue el karma’.
Pero en la Iglesia Católica, el karma contradice nuestras enseñanzas.
No hay pecado que no pueda ser perdonado
El karma está en contraposición con la doctrina cristiana porque afirma que por una ley espiritual cósmica impersonal somos castigados o recompensados según nuestras obras, si hacemos cosas malas, vamos a sufrir, en ésta vida o la que vendrá ( en la reencarnación ), y si hacemos cosas buenas, seremos recompensados aquí o en la que vendrá ( en la reencarnación ), explicó el Padre.
En primer lugar, la Iglesia Católica no concuerda con la idea de la reencarnación, que contradice la fe en la resurrección.
En segundo lugar, el karma está “en abierta contradicción con la Palabra de Dios y con lo que enseña la Iglesia, es decir, que existe un Dios personal, bueno, que guía y conduce los destinos del universo, un Dios que es justo, que le dará a cada uno premio o castigo según sus obras”.
Y en tercer lugar, no hay pecado por grave que sea, que no pueda ser perdonado. Por todo ello, un cristiano no puede creer en el karma sin contradecir los principios de su fe
Extraído de Desde la Fe
ordendesanbenito.org
Después de su Audiencia General de este 9 de noviembre, el #PapaFrancisco bendijo la escultura "Refugio", que representa la difícil situación de las personas sin hogar.
La imagen está hecha de bronce y tiene un tamaño natural que muestra la figura de una persona sin hogar cubierta por una manta tirada por una paloma en vuelo.
La obra pertenece al artista canadiense, Timothy Schmalz, quien ha creado algunas representaciones poderosas del cristianismo y esculturas públicas de bronce, complejas e históricas, que están en varias partes del mundo. Desde la Fe
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