Papa Francisco: He firmado mi renuncia en caso de impedimento médico
El Papa Francisco aseguró que en caso de no poder seguir gobernando la Iglesia Católica por un impedimento en su salud, ya ha dejado firmada su renuncia y se la ha entregado a uno de los cardenales del Vaticano.
En una entrevista concedida al diario español ABC, y publicada en la madrugada del domingo en España, el Santo Padre respondió a la pregunta de qué ocurriría “si un pontífice queda repentinamente impedido por problemas de salud o accidente”.
“Yo ya he firmado mi renuncia. Era Tarcisio Bertone el secretario de Estado”, dijo el Papa Francisco, que este sábado cumplió 86 años de edad.
“Yo la firmé y le dije: ‘En caso de impedimento por cuestiones
médicas o qué sé yo, acá está mi renuncia. Ya la tienen’. No sé a quién se la habrá dado el Cardenal Bertone, pero se la di cuando era secretario de Estado”, indicó.
Durante la entrevista, Francisco indicó que no ha tocado “para nada” un estatuto que especifique la definición de “Papa emérito”. “Ni me vino la idea de hacerlo. Será que el Espíritu Santo no tiene interés en que me ocupe de esas cosas”, expresó.
Etiquetas: Salud, Papa Francisco, Entrevista al Papa Francisco, Salud del Papa Francisco, Entrevista, posible renuncia del Papa Francisco
ordendesanbenito.org/donations
Oración que el Papa Francisco rezó ante la Virgen:
Madre nuestra Inmaculada, hoy el pueblo romano se reúne en torno a ti.
Las flores puestas a tus pies por tantas realidades de la ciudad expresan su amor y devoción por ti, que velas por todos nosotros.
Y también ves y acoges esas flores invisibles que son tantas invocaciones, tantas súplicas silenciosas, a veces sofocadas, ocultas, pero no para ti, que eres Madre.
“Después de dos años en los que vine para presentarte mis respetos a solas al amanecer, hoy vuelvo a ti junto con el pueblo, el pueblo de esta Iglesia, el pueblo de esta Ciudad. Y te traigo las gracias y súplicas de todos tus hijos, cercanos y lejanos.
Tú, desde el Cielo donde Dios te ha recibido, ves las cosas de la tierra mucho mejor que nosotros; pero como Madre escuchas nuestras invocaciones para presentárselas a tu Hijo, a su Corazón lleno de misericordia.
“En primer lugar, te traigo el amor filial de innumerables hombres y mujeres, no sólo cristianos, que te tienen la mayor gratitud por tu belleza, toda gracia y humildad: porque en medio de tantas nubes oscuras tú eres un signo de esperanza, signo de consuelo.
Te traigo las sonrisas de los niños que aprenden tu nombre delante de tu imagen,
en brazos de sus madres y abuelas, y empiezan a conocer que tienen una Madre en el Cielo.
Y cuando, en la vida, sucede que esas sonrisas dan paso a las lágrimas, ¡qué importante es haberte conocido!, ¡haber tenido el don de tu maternidad!
Te traigo la gratitud de los mayores y los ancianos: una gratitud acorde con sus vidas, tejida de recuerdos, de alegrías y de dolores, de logros que saben bien que los han conseguido con tu ayuda, sosteniendo sus manos en la tuya.
Madre te traigo las preocupaciones de las familias, de padres y madres que a menudo luchan para llegar a fin de mes en casa, y afrontan día a día pequeños y grandes retos para salir adelante.
En particular, te confío a las parejas jóvenes, para que mirándote a ti y a San José afronten la vida con valentía confiando en la Providencia de Dios.
Te traigo los sueños y las ansias de los jóvenes, abiertos al futuro, pero frenados por una cultura rica en cosas y pobre en valores saturada de información y deficiente en educación, persuasiva al engañar y despiadada al decepcionar.
Te encomiendo especialmente a los jóvenes, los más afectados por la pandemia, para que puedan reanudar lentamente a agitar y desplegar sus alas y redescubrir el sabor de volar alto.
Virgen Inmaculada, hoy me habría gustado traerte la acción de gracias del pueblo ucraniano del pueblo ucraniano por la paz que llevamos tanto tiempo pidiendo al Señor. En cambio, aún tengo que traerte la súplica de los niños, de los ancianos de los padres y madres, de los jóvenes de esa tierra martirizada, que sufre tanto. Pero, en realidad, todos sabemos que estás con ellos y con todos los que sufren, como tú estuviste junto a la cruz de tu Hijo.
¡Gracias, Madre nuestra!
Mirándote a ti, que estás libre de pecado, que podamos seguir creyendo y esperando. Que sobre el odio prevalezca el amor, que sobre la mentira prevalezca la verdad, que sobre la ofensa prevalezca el perdón, que sobre la guerra prevalezca la paz. ¡Que así sea!
Extraído de aciprensa
![]() |
Plaza de España, Roma |
Comments
Post a Comment