Skip to main content

QUE VIVA CRISTO REY !

¡Feliz Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo!

26 de noviembre de 2023 

Hoy, domingo XXXIV del Tiempo Ordinario, la Iglesia Católica celebra la “Solemnidad de Cristo Rey” o “Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo”.


Dice el Evangelio: "Yo soy Rey. Para ésto nací, para esto vine al mundo, para ser testigo de la Verdad" (Jn 18, 36-37).


Con la Solemnidad de Cristo Rey, la Iglesia Católica concluye el Año Litúrgico recordando al mundo entero que nada -persona o ley humana- está por encima de Dios. Cristo es Señor del tiempo y de la historia, como es Señor de todo lo creado.


Sentido de la celebración

La Solemnidad de “Cristo, Rey del Universo” fue instituida por el Papa Pío XI en 1925. Con ella, la Santa Madre Iglesia quiere que volvamos los ojos hacia el Señor, rey bondadoso y sencillo, y nos dejemos conducir por Él. Jesucristo, como buen pastor, guía a la porción de la Iglesia que peregrina en la tierra hacia su destino final: el Reino de Dios.


No debe olvidarse, además, que la posibilidad de alcanzar el Reino de Dios ya fue ganada por Cristo mismo, y que esta se preserva en la Iglesia y gracias a la Iglesia. Es decir, la Iglesia fundada por Jesús es garantía de que la victoria es siempre posible, y de que las puertas del cielo están siempre abiertas. Es el Espíritu Santo a quien Cristo encomendó conceder las gracias necesarias para que todos puedan alcanzar la santidad y transformar el mundo según su santa voluntad.


Transformemos el mundo y demos esperanza

Cristo Rey convoca hoy, una vez más, a “instaurar su reino en la tierra”, para que el mundo, con nuestra colaboración, se vaya transformando según el plan divino de amor. Esa tarea empieza por dejar que sea Cristo quien reine en cada corazón. No se trata de una proclamación o declaración retórica, sino un llamado real y serio a la conversión.


Acojámonos a la Gracia y rechacemos el pecado. No permitamos que el mal avance.


¡Feliz Solemnidad de Jesucristo, Rey del Universo! 

¡Que viva Cristo Rey!

Extraído de aciprensa

El origen de la solemnidad de Cristo Rey se remonta al año 1925, cuando el papa Pío XI instituyó esta fiesta con la encíclica Quas Primas. El papa quiso proclamar el reinado universal de Cristo sobre todas las personas, las naciones y las instituciones, frente a los totalitarismos y las ideologías que negaban a Dios y a su ley. El papa también quiso fomentar la devoción al Sagrado Corazón de Jesús, que es el símbolo de su amor y de su misericordia.


El significado de la solemnidad de Cristo Rey es reconocer y adorar a Jesucristo como el único y verdadero Rey del universo, que tiene todo el poder y la gloria en el cielo y en la tierra. Cristo Rey es el Señor de la historia, el Salvador de la humanidad, el Juez de los vivos y de los muertos, el Cabeza de la Iglesia y el Esposo de María. Cristo Rey nos llama a seguirlo, a imitarlo y a colaborar con él en la construcción de su Reino de verdad, de justicia, de paz y de amor.


La fecha de la solemnidad de Cristo Rey es el último domingo del año litúrgico, antes de comenzar el Adviento. Esto significa que la fiesta de Cristo Rey es el punto culminante y la meta de todo el año litúrgico, que nos ha hecho recorrer los misterios de la vida, de la muerte y de la resurrección de Cristo. La fiesta de Cristo Rey nos prepara para el Adviento, que es el tiempo de espera y de esperanza de la venida definitiva de Cristo al final de los tiempos.


La liturgia de la solemnidad de Cristo Rey nos presenta a Cristo como el Rey y el Pastor que cuida de su rebaño, que da la vida por sus ovejas y que las conduce a los pastos eternos. Las lecturas bíblicas nos hablan del reinado de Cristo en el Antiguo y en el Nuevo Testamento, y nos invitan a reconocerlo y a servirlo con fidelidad. El evangelio nos muestra a Cristo crucificado, que es el Rey de los judíos y de todos los pueblos, que perdona a los pecadores y que abre las puertas del paraíso. La oración colecta nos pide que el Señor nos conceda participar de la herencia de su Reino. El prefacio nos hace alabar a Cristo como el Rey del universo, que se hizo hombre y murió en la cruz, que resucitó y subió al cielo, y que vendrá de nuevo con gloria. La oración después de la comunión nos pide que el Señor nos haga vivir según su voluntad y nos lleve a la vida eterna.

#VivaCristoRey #VIVALAIGLESIACATOLICA 

Rafael de Jesús Predicador Católico -facebook 

ordendesanbenito org/donations


Comments

Popular posts from this blog

SOLEMNE CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE COROMOTO PROCESIÓN Y ÁGAPE FRATERNO 🇻🇪

Solemne celebración eucarística a la Santísima Virgen de Coromoto, procesión y ágape fraterno. La Gloria para Nuestro Dios 🇻🇪 Gracias Stma. Virgen de Coromoto por permitir ésta solemne eucaristía. Que sea para todos nosotros motivo siempre de unidad y gozo en el abrazo de tu hijo amado Ntro. Sr. Jesucristo.  Viva la Virgen de Coromoto !  “¡Tú eres el orgullo de nuestro pueblo! En los numerosos Santuario Marianos que se levantan en tantos lugares de la tierra, repetimos estas palabras del libro de Judit, para expresar nuestra alegría, porque la Madre de Dios ha establecido su morada en medio de su pueblo. Hoy pronuncian estas palabras los habitantes de Venezuela, que precisamente aquí en Coromoto, se unen para venerarla como Patrona de Venezuela». También invitó a los venezolanos a «trabajar por la justicia y la paz para edificar una sociedad más justa y solidaria «.  San Juan Pablo II  ordendesanbenito.org/donations En el rito de conclusión el Santo Padre realizó la siguiente oración

NO OS CANSÉIS DE HACER EL BIEN

Manteneos firmes e inconmovibles en la fe, haciendo siempre progresos en la obra del Señor; sed conscientes de que vuestro trabajo no es vano a los ojos del Señor. No os canséis de hacer el bien. 1Co 15,58; 2Ts 3,13. ordendesanbenito.org/donations

LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA

De los sermones de san Cesáreo de Arlés, obispo (Sermón 25,1: CCL 103,111-112) LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dulce es el nombre de misericordia; hermanos muy amados; y, si el nombre es tan dulce, ¿cuánto más no lo será la cosa misma? Todos los hombres la desean, más, por desgracia, no todos obran de manera que se hagan dignos de ella; todos desean alcanzar misericordia, pero son pocos los que quieren practicarla. Oh hombre, ¿con qué cara te atreves a pedir, si tú te resistes a dar? Quien desee alcanzar misericordia en el cielo debe él practicarla en éste mundo. Y, por esto, hermanos muy amados, ya que todos deseamos la misericordia, actuemos de manera que ella llegue a ser nuestro abogado en este mundo, para que nos libre después en el futuro. Hay en el cielo una misericordia, a la cual se llega a través de la misericordia terrena. Dice, en efecto, la Escritura: Señor, tu misericordia llega al cielo.