Skip to main content

YO SOY LA VID, VOSOTROS LOS SARMIENTOS


Sal. 21, 26b-27. 28 y 30. 31-32 


R. El Señor es mi alabanza en la gran asamblea.

Cumpliré mis votos delante de sus fieles.

Los desvalidos comerán hasta saciarse,

alabarán al Señor los que lo buscan:

viva su corazón por siempre. R.


Lo recordarán y volverán al Señor

hasta de los confines del orbe;

en su presencia se postrarán

las familias de los pueblos.

Ante él se postrarán las cenizas de la tumba,

ante él se inclinarán los que bajan al polvo. R.


Me hará vivir para él, mi descendencia le servirá,

hablarán del Señor a la generación futura,

contarán su justicia al pueblo que ha de nacer:

todo lo que hizo el Señor. R.


“ Yo soy la vid, vosotros los sarmientos ”


Evangelio según San Juan 15, 1-8

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:


«Yo soy la verdadera vid, y mi Padre es el labrador. A todo sarmiento que no da fruto en mí lo arranca, y a todo el que da fruto lo poda, para que dé más fruto.


Vosotros ya estáis limpios por las palabras que os he hablado; permaneced en mí, y yo en vosotros.


Como el sarmiento no puede dar fruto por sí, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.


Yo soy la vid, vosotros los sarmientos; el que permanece en mí y yo en él, ese da fruto abundante; porque sin mí no podéis hacer nada. Al que no permanece en mí lo tiran fuera, como el sarmiento, y se seca; luego los recogen y los echan al fuego, y arden.


Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo que deseáis, y se realizará.


Con ésto recibe gloria mi Padre, con que deis fruto abundante; así seréis discípulos míos».


ordendesanbenito.org/donations 


Comments

Popular posts from this blog

SOLEMNE CELEBRACIÓN EUCARÍSTICA A LA SANTÍSIMA VIRGEN DE COROMOTO PROCESIÓN Y ÁGAPE FRATERNO 🇻🇪

Solemne celebración eucarística a la Santísima Virgen de Coromoto, procesión y ágape fraterno. La Gloria para Nuestro Dios 🇻🇪 Gracias Stma. Virgen de Coromoto por permitir ésta solemne eucaristía. Que sea para todos nosotros motivo siempre de unidad y gozo en el abrazo de tu hijo amado Ntro. Sr. Jesucristo.  Viva la Virgen de Coromoto !  “¡Tú eres el orgullo de nuestro pueblo! En los numerosos Santuario Marianos que se levantan en tantos lugares de la tierra, repetimos estas palabras del libro de Judit, para expresar nuestra alegría, porque la Madre de Dios ha establecido su morada en medio de su pueblo. Hoy pronuncian estas palabras los habitantes de Venezuela, que precisamente aquí en Coromoto, se unen para venerarla como Patrona de Venezuela». También invitó a los venezolanos a «trabajar por la justicia y la paz para edificar una sociedad más justa y solidaria «.  San Juan Pablo II  ordendesanbenito.org/donations En el rito de conclusión el Santo Padre realizó la siguiente oración

NO OS CANSÉIS DE HACER EL BIEN

Manteneos firmes e inconmovibles en la fe, haciendo siempre progresos en la obra del Señor; sed conscientes de que vuestro trabajo no es vano a los ojos del Señor. No os canséis de hacer el bien. 1Co 15,58; 2Ts 3,13. ordendesanbenito.org/donations

LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA

De los sermones de san Cesáreo de Arlés, obispo (Sermón 25,1: CCL 103,111-112) LA MISERICORDIA DIVINA Y LA MISERICORDIA HUMANA Dichosos los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia. Dulce es el nombre de misericordia; hermanos muy amados; y, si el nombre es tan dulce, ¿cuánto más no lo será la cosa misma? Todos los hombres la desean, más, por desgracia, no todos obran de manera que se hagan dignos de ella; todos desean alcanzar misericordia, pero son pocos los que quieren practicarla. Oh hombre, ¿con qué cara te atreves a pedir, si tú te resistes a dar? Quien desee alcanzar misericordia en el cielo debe él practicarla en éste mundo. Y, por esto, hermanos muy amados, ya que todos deseamos la misericordia, actuemos de manera que ella llegue a ser nuestro abogado en este mundo, para que nos libre después en el futuro. Hay en el cielo una misericordia, a la cual se llega a través de la misericordia terrena. Dice, en efecto, la Escritura: Señor, tu misericordia llega al cielo.