Skip to main content

EL PODER DE LA ESTOLA SACERDOTAL


° El  PODER DE LA ESTOLA SACERDOTAL. 


Cuando el sacerdote se reviste con la estola, el enemigo infernal sufre un verdadero flagelo, tanto es el temor y odio a este ornamento sacerdotal.


La estola tiene, como los demás ornamentos sacerdotales, un verdadero sentido espiritual, recuerda el madero de la cruz que cargó sobre sus hombros Nuestro Señor camino del monte Calvario. 


La estola puesta en el cuello y cruzada sobre el pecho, en la Santa Misa tradicional, muestra al sacerdote que tiene que unirse y ligarse de algún modo a Dios, sujetándose con verdadera obediencia a la ley divina, llevando alegremente su yugo, y recordando siempre que es Dios quien ordena tales cosas.


La estola cruzada ante el pecho, la parte derecha sobre la izquierda, es el símbolo de la cruz de Cristo en él, es el recuerdo de la pasión de Nuestro Señor presente en el altar. 


Al revestirse con la estola debe estar preparándose para el Santo Sacrificio. El sacerdote rezará la siguiente oración: 


"Devuélveme Señor, la estola de la inmortalidad, que perdí con el pecado de mis primeros padres, y aunque me aceptas sin ser digno a celebrar tus Sagrados Misterios, haz que merezca el gozo eterno."


El sacerdote que se acerca al altar de Dios como indigno que es, pero elegido por la misericordia del Altísimo. El sacerdote al revestirse con su estola es el nuevo Cirineo que ayuda a Nuestro Señor. Aquel fue obligado a aquella tarea, pero aun así no pudo por menos que rendirse ante la mirada de humildad y compasión del Cordero Divino camino del “matadero."

El silencio de María -facebook 

ordendesanbenito.org/donations 



Comments

Popular posts from this blog

NO OS CANSÉIS DE HACER EL BIEN

Manteneos firmes e inconmovibles en la fe, haciendo siempre progresos en la obra del Señor; sed conscientes de que vuestro trabajo no es vano a los ojos del Señor. No os canséis de hacer el bien. 1Co 15,58; 2Ts 3,13. ordendesanbenito.org/donations

LA SAL BENDECIDA Y EXORCIZADA

Los sacramentales LA SAL BENDECIDA Y LA EXORCIZADA* *SIGNIFICADO:* La sal normal da sabor y preserva de la corrupción. *FUNCIÓN:* La sal bendecida da sabor divino, nos quita el miedo y calma la ansiedad, y además nos protege del mal, pues no permite que se quede en nosotros. *EFECTO EN LOS DEMONIOS*: La sal bendecida, cuando la añadimos a nuestros alimentos, lleva su bendición hasta la última célula de nuestro cuerpo, con los nutrientes de la comida. Si la sal además está exorcizada, no solo nos fortalecerá y protegerá de lo que venga, sino que además arrojará de nosotros a los demonios que ya nos estén hostigando, y, como si hay enfermedades causadas por los demonios, la sal exorcizada ayuda a curarse de ellas poco a poco. Si echamos algo de sal bendita en un lugar, ésto lo preservará del mal. Si echamos sal exorcizada, no solo impedirá que el mal entre, sino que además arrojara al que ya este adentro. Si echamos un poco de sal al agua bendita, ésta durara en buen estado más tiemp

MARTES 9 DE ABRIL EN MONASTERIO BENEDICTINO POSTULANTADO DEL HERMANO JUAN CARLOS RAMÍREZ: ADORACIÓN EUCARÍSTICA

Postulantado del Hermano Juan Carlos Carrasco Ramirez   Salmo 92, 1ab. 1c-2. 5 R/. El Señor reina, vestido de majestad El Señor reina, vestido de majestad; el Señor, vestido y ceñido de poder. R/. Así está firme el orbe y no vacila. Tu trono está firme desde siempre, y tú eres eterno. R/. Tus mandatos son fieles y seguros; la santidad es el adorno de tu casa, Señor, por días sin término. R/. “ Tenéis que nacer de nuevo ” Lectura del santo evangelio según san Juan 3, 7b-15 En aquel tiempo, dijo Jesús a Nicodemo: «Tenéis que nacer de nuevo; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni adónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu». Nicodemo le preguntó: «¿Cómo puede suceder eso?». Le contestó Jesús: «¿Tú eres maestro en Israel, y no lo entiendes? En verdad, en verdad te digo: hablamos de lo que sabemos y damos testimonio de lo que hemos visto, pero no recibís nuestro testimonio. Si os hablo de las cosas terrenas y no me creéis, ¿cómo creeréis si os