Glorioso san Blas,
Tú que te retiraste a una cueva alejándote del mundo
para mejor hablar con Dios, haz que encontremos nuestra propia plática con Él. -Orden de San Benito Hialeah
Cada 3 de febrero se celebra a San Blas de Sebaste (... -316), mártir, patrono de quienes padecen enfermedades o afecciones a la garganta, así como de los otorrinolaringólogos.
Ejerció la medicina de su tiempo, y está incluido en el grupo de los ‘catorce santos auxiliadores’ de la Iglesia Católica (estos son llamados así porque se les considera eficaces intercesores contra determinados males del cuerpo o del alma).
San Blas es patrono de la República del Paraguay y su devoción está muy difundida en Hispanoamérica, donde no solo es muy querido sino que ha suscitado innumerables tradiciones populares.
El obispo que vivía en una cueva
San Blas fue obispo de Sebaste, Armenia, muy popular entre sus coetáneos por haber obrado numerosas curaciones milagrosas. Vivió como eremita incluso después de haber sido nombrado obispo, convirtiendo la cueva en la que vivía -ubicada en el bosque del monte Argeus- en su sede episcopal.
Cuenta la tradición que cierto día San Blas salvó a un niño que se había atragantado con una espina de pescado. De ahí la antigua costumbre de bendecir las gargantas de los devotos el día de su fiesta (3 de febrero). Ese mismo hecho también le valió convertirse en patrono de los otorrinolaringólogos y de quienes padecen alguna afección a la garganta.
Otras historias hablan de su amor por los animales, a quienes también curaba. De acuerdo a un antiguo relato medieval, animales enfermos o heridos se acercaban a su cueva en el monte Argeus para que los cure. Estos, en retribución, no le hacían daño ni lo molestaban cuando oraba.
Extraído de aciprensa
ordendesanbenito.org/donations
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