En la homilía que ha preparado él mismo para la Misa del Jubileo de los Enfermos, pero que ha sido leída por el pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons. Rino Fisichella, el Santo Padre compartió su propia experiencia de enfermedad y reconoció que “no es siempre fácil”. Sin embargo, aseguró que esta realidad, aunque dolorosa, puede transformarse en un espacio de profunda comunión con Dios y con los demás.
“No es siempre fácil, pero es una escuela en la que aprendemos cada día a amar y a dejarnos amar, sin pretender y sin rechazar, sin lamentar y sin desesperar, agradecidos a Dios y a los hermanos por el bien que recibimos, abandonados y confiados en lo que todavía está por venir”, expresó.
Dirigiéndose con especial ternura al mundo de los enfermos, señaló que la “habitación del hospital y el lecho de la enfermedad pueden ser lugares donde se escucha la voz del Señor”.
Extraído de aciprensa
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