Nek, cuyo verdadero nombre es Filippo Neviani, ha hablado en varias ocasiones sobre su experiencia en #Medjugorje, un lugar que describe como fundamental en su camino de fe y vida. No se trata de un solo viaje, sino de una serie de visitas que han marcado profundamente su espiritualidad.
"Un lugar de retorno y serenidad"
Nek ha descrito a menudo Medjugorje como un lugar que le brinda una profunda sensación de hogar y serenidad. En una entrevista con TV2000, afirmó que ir a Medjugorje le ayuda a poner las cosas en perspectiva, a evitar perderse en el bullicio del mundo del espectáculo y a mantener los pies en la tierra. Es un momento para reconectar consigo mismo y con su fe, lejos de las luces y las presiones de su vida. Fe, lejos del esplendor y las presiones de su profesión.
"Eventos extraordinarios" y fe personal
El cantante también ha mencionado "eventos extraordinarios" o "fenómenos" que presenció durante sus visitas a Medjugorje. Sin embargo, siempre ha preferido no entrar en detalles sobre estas experiencias, explicando que describirlas podría "desvalorizar" el concepto más amplio del cristianismo y la profundidad de su fe. Para él, la fe es un viaje personal, y lo que sucede en Medjugorje es parte integral de éste viaje íntimo y espiritual, que va más allá de la simple narración de los acontecimientos.
El impacto en la vida y la música
Su encuentro con la fe, y especialmente su experiencia en Medjugorje, tuvo un impacto significativo en la vida de Nek. Le ayudó a encontrar el equilibrio, a vivir su vida profesional con mayor consciencia y a aferrarse a sus valores. Aunque no siempre se expresa explícitamente en sus canciones, su espiritualidad es parte integral de su ser y, de cierta manera, influye en su visión del mundo y en su música.
En resumen, para Nek, Medjugorje no es solo un destino de peregrinación, sino un verdadero punto de referencia espiritual, un lugar donde puede encontrar paz, claridad y fortalecer su fe.
Extraído de Medjugorje tutti i giorni
La Santísima Virgen María manifestó a Santa Brígida que concedía siete gracias a quienes diariamente le honrasen considerando sus lágrimas y dolores y rezando siete Avemarías:
🔴 Pondré paz en sus familias.
🔴 Serán iluminados en los Divinos Misterios.
🔴 Los consolaré en sus penas y acompañaré en sus trabajos.
🔴 Les daré cuanto me pidan, con tal que no se oponga a la voluntad adorable de mi Divino Hijo y a la santificación de sus almas.
🔴 Los defenderé en los combates espirituales con el enemigo infernal, y protegeré en todos los instantes de su vida.
🔴 Los asistiré visiblemente en el momento de su muerte; verán el rostro de su Madre.
He conseguido de mi Divino Hijo que las almas que propaguen ésta devoción a mis lágrimas y dolores sean trasladadas de esta vida terrenal a la felicidad eterna directamente, pues serán borrados todos sus pecados, y mi Hijo y Yo seremos su consolación y alegría.
Extraído de aciprensa
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