<<<<....Vísperas de la celebración de la hermosísima advocación mariana (proximo 27 de noviembre), esta breve historia del origen devocional de la Virgen de la Medalla Milagrosa desde Francia a La Habana.
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Breve historia del origen devocional a la Virgen de la Medalla Milagrosa. (@derechos de autor).
La providencia divina hizo posible que desde la segunda mitad del siglo XIX, la presencia de los religiosos de la Congregación de Misioneros de San Vicente de Paul, conocidos como los PP. paúles, quienes pasarían a ocupar el antiguo convento de San Ramón de los Mercedarios, conocido en lo adelante con el mismo nombre que su Iglesia (Convento e Iglesia de la Virgen de la Merced o también llamada iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, ubicada en la calle Cuba esquina Merced, en la parte antigua de La Habana, de la cual les he publicado extensamente con anterioridad, (Ver texto en el grupo Catedrales e Iglesias Católicas de Cuba).
Es en dicha iglesia de La Merced de La Habana, donde florece la devoción a la advocación mariana de la Virgen de la Medalla Milagrosa, ello se debe en gran medida a la hermosísima labor de los PP. paúles sobre, espiritualidad mariana, quienes dedicarían un hermoso altar a esta bella advocación en uno de los naves laterales del templo y a pocos metros de la hermosa Capilla de Lourdes. Comenzaba así en La Habana, una trayectoria de preciosa devoción desde la muy bella iglesia de La Merced, que la historia nos recuerda a través de las muchas y muy importantes asociaciones piadosas y sociales que radicaron en dicha iglesia (narradas en la publicación de la Iglesia de la Merced). Entre las asociaciones piadosas, es importante resaltar:
La Asociación Piadosa "La Milagrosa", que, aunque ya existía de muy atrás, fue erigida canónicamente en 1910 bajo la presidencia de la Sra. Mercedes Campos de Tagle. Dicha asociación con la siempre guía de los PP. paúles y su gran labor de Fe, fue posible que se extendiera la devoción a la Virgen de la Medalla Milagrosa, en todos aquellos lugares del archipiélago cubano donde los PP. paúles, tuvieron presencia. Un ejemplo de ello lo narrado en publicación anterior sobre la historia de la S. Iglesia Virgen de la Medalla Milagrosa, en la barriada de Santos Suárez, La Habana. (Ver texto en el grupo Catedrales e Iglesias Católicas de Cuba)
Para todos aquellos que desean conocer el origen primigenio debemos buscarlo en París, Francia, donde aconteció la aparición de la Virgen María a Santa Catalina Labouré: "Haz que se acuñe una medalla según este modelo.
Lo serán más abundantes gracias para los que la lleven con confianza", le dijo la Virgen María a Santa Catalina Labouré el 27 de noviembre de 1830.
La Madre de Dios se le apareció a Catalina Labouré -de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paul- de la siguiente manera: La Virgen estaba vestida con una túnica blanca y un velo del mismo color que la cubría desde la cabeza hasta los pies. Su rostro era bellísimo. Los pies aparecían apoyados encima de una esfera o globo, mientras pisaban a una serpiente. Sus manos, a la altura del corazón, sostenían una pequeña esfera de oro, coronada con una cruz. Los dedos de las manos estaban adornados con anillos con piedras preciosas, desde las que salían destellos de luz.
La Virgen María dijo a Catalina: “este globo que ves (a mis pies) representa al mundo entero, especialmente a Francia, y a cada alma en particular. Estos rayos simbolizan las gracias que yo derramo sobre los que las piden. Las perlas que no emiten rayos son las gracias de las almas que no las piden”. La esfera o globo de oro que tenía la Virgen en las manos se desvaneció y sus brazos se extendieron abiertos, mientras los rayos de luz continuaban cayendo sobre el globo blanco de los pies.
De pronto apareció una forma ovalada en torno a la Virgen con una inscripción en el borde interior que decía: "María sin pecado concebida, ruega por nosotros, que acudimos a ti". Estas palabras formaban un semicírculo que empezaba a la altura de la mano derecha de la Virgen, pasaba por encima de su cabeza y terminaba a la altura de la mano izquierda. María, mostrándose de esa manera, le pide a Catalina que acuñe una medalla según la imagen que estaba contemplando.
La imagen de la Virgen, entonces, giró y Catalina pudo ver el reverso. En él estaba inscrito la letra “M” con una cruz que se alzaba desde la mitad. Por debajo de esta inscripción estaban el Corazón de Jesús, circundado con una corona de espinas, y el Corazón de la Virgen María, traspasado por una espada. Alrededor aparecían doce estrellas.
Esta manifestación se repitió a finales del mes siguiente, diciembre de 1830, y en los primeros días de enero de 1831.
En un principio, los devotos de la medalla la llamaron “de la Inmaculada Concepción”, pero con la difusión de la devoción -impulsada por las numerosísimas gracias y milagros- los fieles empezaron a llamarla “La Medalla Milagrosa”, tal y como se sigue haciendo en nuestros días.
Es mi deseo llegue a todos sus devotos en cualquier latitud donde se encuentren deseos de paz, armonía y amor, para que la Bienaventurada Virgen María, a través de la advocación mariana de La Milagrosa, por mediación de su hijo Jesucristo nos colme de bendiciones.
(Invitandoles a ver las fotos que acompañan esta breve publicación).
(Derechos de autor, publicado en el grupo Catedrales e Iglesias Católicas de Cuba 26/11/2021, en vísperas de la festividad de la Virgen de la Medalla Milagrosa).
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