" SEÑOR, SI QUIERES, PUEDES LIMPIARME. EXTENDIÓ LA MANO Y LO TOCÓ, DICIENDO: " QUIERO, QUEDA LIMPIO "
Salmo 127,1-2.3.4-5 R/. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor Dichoso el que teme al Señor y sigue sus caminos. Comerás del fruto de tu trabajo, serás dichoso, te irá bien. R. Tu mujer, como parra fecunda, en medio de tu casa; tus hijos, como renuevos de olivo, alrededor de tu mesa. R. Ésta es la bendición del hombre que teme al Señor. Que el Señor te bendiga desde Sión, que veas la prosperidad de Jerusalén t odos los días de tu vida. R. San Mateo 8,1-4 Al bajar Jesús del monte, lo siguió mucha gente. En esto, se le acercó un leproso, se arrodilló y le dijo: «Señor, si quieres, puedes limpiarme». Extendió la mano y lo tocó, diciendo: «Quiero, queda limpio». Y en seguida quedó limpio de la lepra. Jesús le dijo: «No se lo digas a nadie, pero ve a presentarte al sacerdote y entrega la ofrenda que mandó Moisés, para que les sirva de testimonio». ordendesanbenito.org/donations